LOS QUE SERVIMOS NOS IDENTIFICAMOS CON SHAUL.
«Llevo en mi cuerpo las marcas de Yahshua» (Galatayim. 6,17)
Varias veces alude Shaul en sus cartas a «las marcas de Yahshua»
que lleva impresas en su cuerpo. Indudablemente no se refiere a estigmas ni a
ningún otro tipo de fenómeno extraordinario, sino a las cicatrices debidas a
los malos tratos sufridos por causa del Mashiaj (Qorintiyim Bet/2 Cor. 4,10; 6,4-5...).
En Qorintiyim Bet/2 Cor.
11,24-27 nos da incluso una lista detallada de pruebas por las que había
tenido que pasar: «Cinco veces recibí de los judíos cuarenta azotes menos uno (39). Tres veces fui azotado con varas; una vez apedreado; tres veces
naufragué; un día y una noche pasé en el abismo. Viajes frecuentes; peligros de
ríos; peligros de salteadores; peligros de los de mi raza; peligros de los
gentiles; peligros en ciudad; peligros en despoblado; peligros por mar;
peligros entre falsos hermanos; trabajo y fatiga; noches sin dormir, muchas
veces; hambre y sed; muchos días sin comer; frío y desnudez». Y el libro de los Maaser/Hechos nos certifica del realismo de
todo ello: cárceles, tribunales, latigazos, insidias, amenazas de muerte,
motines... El sufrimiento
físico ha acompañado a cada paso al apóstol en su existencia.
Más aún, en Qorintiyim Bet/2 Cor. 12, 10 habla de «injurias», «persecuciones», «angustias», «sufridas por Mashiaj». Por tanto,
junto a los sufrimientos físicos está ese roce continuo de la humillación, la contradicción, las dificultades y trabas de todo
tipo; y ello por parte de los judíos, de las autoridades Romaniyimanas... o de
los mismos «falsos hermanos» (fue sin duda una de las espinas más dolorosas
del apóstol la presencia continua de los judaizantes, de los falsos apóstoles,
que ponían en tela de juicio su labor e incluso contradecían abiertamente la
predicación de Shaul).
“El sufrimiento es una autentificación del Camino”
Él mismo presenta estos sufrimientos, «soportados por
Yahshua», como una prueba
de la autenticidad de su apostolado (Qorintiyim
Bet/2 Cor. 12,12). Shaul ha sufrido de hecho:
-en su carne por causa de Mashiaj
y por la Besorat (Buena Noticia),
-por sus comunidades y por cada evangelizado. Y eso es señal clara de que nada buscaba para sí, pues
ciertamente el mercenario cuando ve venir al lobo abandona las ovejas y huye,
pues en realidad no le importan las ovejas (Yonahan/Jn. 10,12-13); en cambio, el buen Roeh, el auténtico enviado
por Yahshua, “da la vida por las ovejas” (Yonahan/Jn. 10,11).
«Con lágrimas en los ojos» (Fil. 3,18)
Sin embargo, como ocurrió con el Moreh de morehim, más intensos
y continuos que los dolores físicos han sido los dolores interiores, morales o
espirituales.
En el pasuk (texto)
antes citado, tras la enumeración de los padecimientos físicos, continuaba
Shaul: «Y encima de todo, lo que se agolpa sobre mí cada día: la
preocupación por todas las comunidades. ¿Quién se enferma sin que yo me
enferme? ¿A quién se hace tropezar sin que yo me indigne? (Qorintiyim Bet/2 Cor. 11,28-29).
Se trata de los sufrimientos que provienen de el ahavah/amor:
cuando a uno le importan los demás no queda indiferente ante las dificultades y
problemas de ellos...
Ya hemos visto cómo Shaul nos confesaba que sentía «una gran tristeza
y un dolor incesante en el corazón» (Romaniyim. 9,2) a causa de sus hermanos israelitas, que en su
gran mayoría habían rechazado al Mashiaj y la Besorat de la salvación.
Cuando tiene que abandonar Tesalónica a causa de la persecución,
debiendo dejar una comunidad joven y sin afianzar, Shaul sufre temiendo que
todo quede reducido a la nada (Tesaloniyim
Alef/1 Tes. 3,5);
“Por esta razón, como yo tampoco
pude soportarlo más, lo envié para informarme de la fe de ustedes, no sea que
los haya tentado el Tentador y que nuestro gran esfuerzo haya sido en vano”
Y sólo cuando vuelve Timotai trayendo buenas noticias,
experimenta el consuelo en medio de sus tribulaciones y se siente volviendo a
vivir (Tesaloniyim Alef/1 Tes. 3,7-8).
“Por eso ustedes nos han animado,
ajim, por medio de su fe, en toda nuestra necesidad y aflicción. Porque ahora vivimos, si efectivamente están
firmes en el Maestro”
Particularmente el problema judaizante debió hacer sufrir
enormemente al Shaluj/apóstol/Enviado, pues veía que se deformaba la esencia de
la Besorat (Buena Nueva) y se
perturbaba gravemente a las comunidades (Galatayim.
1,6-9).
“Estoy asombrado de que tan pronto
se estén apartando del que los llamó por el favor del Mashíaj, para ir tras una
buena nueva diferente emunah. No es que
haya otra buena nueva, sino que hay algunos que los perturban y quieren pervertir
la Besorat del Mashíaj. Pero aun si
nosotros mismos o un mensajero del shamaim (cielo) les anunciara una buena nueva
diferente Emunah (Fe) de la que les hemos anunciado, sea anatema. Como ya lo
hemos dicho, ahora mismo vuelvo a decir: Si alguien les está anunciando una
buena nueva contraria a la que ustedes recibieron, sea anatema”.
Escribiendo a los filipenses expresará su dolor con estas
palabras: «Porque andan
muchos por ahí, de quienes les hablaba muchas veces, y ahora hasta lo digo
llorando, que son enemigos del madero del Mashíaj» (Fil. 3, 18).
«Dolores de parto» (Galatayim
4,19)
Shaul ha entendido y ha vivido todos estos padecimientos no sólo
como algo que debía soportar coherentemente por fidelidad a su misión, sino
como algo valioso y fecundo en sí mismo.
Escribiendo a los gálatas, en plena crisis judaizante, tiene
esta exclamación que le sale de lo más hondo del corazón: «¡hijos míos!, por
quienes sufro de nuevo dolores de parto hasta ver a Mashiaj formado en vosotros» (Galatayim. 4, 19).
Una ráfaga de luz en su interior le ha hecho comprender que las luchas y
sufrimientos por la Besorat y por sus talmidím/discipulos eran fecundos;
dolores, sí, pero dolores de parto. Lo mismo que la mujer sufre hasta dar a
luz, pero luego se goza por haberle dado un hijo al mundo (Yonahan/Jn. 16,21), así el apóstol sufre lo indecible, pero el
resultado final es impagable: «ver a Mashiaj formado en vosotros».
Este es el secreto del misterio de la vida de Yahshua en la vida
del apóstol, un misterio de vida y fecundidad en medio del dolor y del aparente
fracaso. Por eso escribirá a los de Corinto: «Llevamos siempre en nuestros cuerpos
por todas partes la muerte de Yahshua, para que también la vida de Yahshua se
manifieste en nuestro cuerpo» (Qorintiyim Bet/2
Cor.4,10).
«Fuerza en la debilidad» (Qorintiyim Bet/2 Cor.
12,10)
Sin embargo, parece que no siempre lo haya visto así. En un
pasuk muy conocido (Qorintiyim Bet/2
Cor. 12,7-10) nos habla de una determinada «debilidad», algo muy molesto
que llama «aguijón» y califica de «mensajero de ha satan»; por el contexto, parece que se refiere a las ya mencionadas
persecuciones y tribulaciones de todo tipo padecidas por Mashiaj, aunque
también pudiera tratarse de una enfermedad. Lo cierto es que Shaul lo ha visto
como un obstáculo que le impedía realizar su obra, la obra de ANUNCIAR que Yahshua
mismo le había encomendado, y por eso dice que le pidió insistentemente a
Yahshua que alejase de él aquella dificultad. Sea cual sea “su aguijón” era algo que llevo consigo toda su vida.
Ahora bien, Yahshua le hizo ver que lo que él consideraba un
obstáculo era por el contrario la ocasión de que se manifestase con toda su
eficacia la fuerza de Mashiaj. Por eso concluye Shaul: «con sumo gusto
seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la
fuerza de Mashiaj», pues «cuando soy débil
entonces soy fuerte».
¿De dónde ha aprendido Shaul esta lección?
Sin duda, del misterio de la vida y testimonio de Yahshua. Pues
en la Qorintiyim Alef/1ª Corintios emplea términos semejantes para hablar de él.
En efecto, allí Shaul afirmaba que, frente a la sabiduría de los hombres, él
predica «pero nosotros predicamos al Mashíaj ejecutado en el madero: para los
yahuditas tropezadero, y para los gentiles locura. Pero para los llamados, tanto yahuditas como
gentiles efraimitas, el Mashíaj es el poder de Yahweh y la sabiduría de Yahweh.
Porque lo necio de Elohé es más sabio que los hombres, y lo débil de Elohé es
más fuerte que los hombres.» (Qorintiyim Alef/1 Cor. 1,23-25).
En el misterio de la vida y testimonio de Yahshua el Apóstol ha
contemplado que en la más extrema debilidad e inutilidad humana, un hombre
inutilizado en un madero de ejecución gentil y destrozado, se realiza el
acontecimiento máximamente eficaz: la redención de la humanidad entera. Y a la
luz de ese misterio ha comprendido que ese estilo, esa «norma», Yahweh continúa
empleándola: Yahweh sigue salvando a través de la debilidad humana, continúa
obrando con su fuerza infinita en medio de la impotencia y de la inutilidad
humanas; más aún, ahí se encarna, por así decirlo, el poder de Yahweh. El
misterio de la vida de Yahshua se prolonga así en la vida del apóstol con su
eficacia infinita y divina.
Ahora entendemos mejor las palabras que dan título a este
capítulo. Shaul se alegra de sufrir por los de Colosas. ¿La razón? «Completo lo que en mi carne falta a las tribulaciones de Mashiaj, en
favor de su cuerpo, que es la kehilaj» (Qolasiyim/Col. 1,24). Notar el «por vosotros» y el «en favor vuestro»: Shaul
tiene conciencia de que sus sufrimientos tienen valor redentor; de que Mashiaj,
viviendo en él (Galatayim. 2,20),
prolonga en él y a través de él su sufrimiento redentor. De ese modo, mediante
su sufrimiento, padecido por ahavah/amor, el enviado de Yahshua hace presente
en el tiempo y el espacio la vida de Mashiaj, la única que salva. En este
sentido «completa» en sí mismo el sufrimiento de Mashiaj.
Lo mismo que en el Maestro, se opera en el talmid una suerte de
sustitución salvatoria: «De este modo la muerte actúa en nosotros, más en vosotros la vida» (Qorintiyim Bet/2 Cor.
4,12). Sufriendo por los hombres, el apóstol lleva en sí «la muerte de
Yahshua»; «continuamente
entregados a la muerte por causa de Yahshua», los enviados transmiten a los hombres «la vida de
Yahshua» (Qorintiyim Bet/2 Cor. 4,10-11).
Se comprende por qué, ante tantas dificultades, proclama Shaul:
«no desfallecemos» (Qorintiyim Bet/2 Cor.4,16). Más aún,
por qué llega gritar desafiante: «Elohe me libre de gloriarme si no es en el madero de nuestro Adon
Yahshua» (Galatayim. 6,14). Sabe, incluso por
experiencia, que el madero de sufrimiento es su fuerza y su salvación; y no
desea buscar otro apoyo ni otra seguridad. Y de igual manera que se gloría en el
madero de sufrimiento de Mashiaj en sí misma, se gloría en el madero de Mashiaj
en cuanto que se hace presente en su vida («me glorío en mis debilidades...en
las persecuciones padecidas por Mashiaj»: (Qorintiyim Bet/2
Cor.12,9-10).
Desde aquí se iluminan también expresiones paradójicas como la
siguiente: «Estoy lleno de consuelo y sobreabundo de gozo en todas nuestras
tribulaciones» (Qorintiyim Bet/2
Cor. 7,4). En el Enviado se hace presente el misterio en su integridad: fuerza
en la debilidad, vida en la muerte, gozo en el sufrimiento. La presencia del madero
de sufrimiento de Yahshua en la vida del apóstol es siempre fuente de gozo («me alegro de sufrir
por vosotros»), pues es
siempre portadora de fecundidad (Yonahan/Jn.
16,21).
No sólo es que sobreabunde el consuelo en medio de las
tribulaciones y en proporción superior a ellas, sino que tanto las
tribulaciones como el consuelo tienen también valor salvífico: «Pero si nosotros
sufrimos, es para consuelo y salvación de ustedes; o si se nos consuela, es
para consuelo de ustedes, el cual resulta en que perseveren bajo los mismos
sufrimientos que también nosotros padecemos» (Qorintiyim Bet/2 Cor.
1,6).
«Derramado en libación» (Timotio Bet/2 Tim. 4,6)
Cuando pocas semanas antes de su muerte Shaul escriba a Timoteo,
le dirá: «yo estoy a punto de ser derramado en libación» (Timotio Bet/2 Tim. 4,6).
Se realizaba así de hecho aquello a lo que se había mostrado dispuesto desde
mucho antes, como manifestaba escribiendo a los filipenses: «aun cuando mi
sangre fuera derramada como libación sobre el sacrificio y la ofrenda de
vuestra fe, me alegraría y congratularía con vosotros» (Fil. 2,17).
En la cárcel y a la espera de la sentencia, Shaul sabe que esta
puede conducirle al martirio. Pues bien, ante esa posibilidad se muestra
disponible y manifiesta su intensa alegría. Toda su vida de anunciador ha sido
como un gran sacrificio, pues mediante su anunciación ha logrado que los
gentiles sean convertidos en ofrenda para Yahweh (Romaniyim. 15,16); pues bien,
Shaul se muestra dispuesto a completar ese sacrificio y a perfeccionar esa
ofrenda regándola con su propia sangre. Shaul contempla la muerte por causa de
Yahshua como sello de todo su ministerio.
Y un sello ciertamente coherente. Pues Shaul sabía que Yahweh
mismo había reconciliado al mundo consigo por medio de su Hijo, al cual había
constituido víctima por los pecados de los hombres (Qorintiyim Bet/2 Cor. 5, 18-21); ahora bien, si a él se le había
confiado el ministerio de la reconciliación (pasuk 18), no podía colaborar
eficazmente en la reconciliación de los hombres con Yahweh sino mediante la
ofrenda de la propia vida. De hecho, él no existía más que para la besorat; lo
había entregado todo (tiempo, energías,
inteligencia, salud...) sin reservarse nada; ahora, en absoluta coherencia,
se disponía a derramar en sacrificio su sangre para completar la reconciliación
de los hombres con Yahweh y llevar a término la misión que Mashiaj le había
encomendado.
Hoy día amados, nos ocurre lo mismo a todos aquellos "que seguimos
junto a Yahshua"
padecemos, sufrimos, y pasamos dificultades muy extremas por causa de dedicar
nuestras vidas al servicio de Mashiaj. Yahweh da instrucciones de cómo ayudar a
quienes así se dedican como "sacerdotes" pero
muchos quieren obviar ese ministerio ¿de
que forma? Desatendiendo a quienes están entregando sus vidas al servicio
de Mashiaj y hacia vosotros...
Esta falta de amor y este trasgredir los mandamientos asignados
para ser cumplidos, es algo que preocupa, es algo que demuestra "que nuestros
frutos no son los adecuados".
¿Se pueden cambiar?
SOLO SI DECIDES CUMPLIRLOS POR AMOR...
Shalom.
Moreh
Yhemaelh Zeev.
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