“UNA PIZCA DE SAL EN NUESTRAS VIDAS"

FORNICACIÓN

IMPUREZA

PORNOGRAFIA.

IDOLATRÍA,

DESENFRENOS

ENEMISTADES

MATERIALISMO

ENVIDIAS

IRA, CONTIENDA

GALATAYIM/GALATAS

5:16 Por eso digo: Anden en el Ruaj, y así jamás satisfarán los malos deseos de la carne.

5:17 Porque la carne desea lo que es contrario al Ruaj, y el Ruaj lo que es contrario a la carne. Ambos se oponen mutuamente, para que ustedes no hagan lo que quisieran.

5:18 Pero si se dejan guiar por el Ruaj, no están bajo la condena de la Torah.

5:19 Ahora bien, las obras de la carne son evidentes. Estas son: fornicación, impureza, desenfreno,

5:20 idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, ira, contiendas, disensiones, partidismos,

5:21 envidia, borracheras, orgías y cosas semejantes a éstas, de las cuales les advierto, como ya lo hice antes, que los que practican tales cosas no heredarán el Maljut de Yahweh Elohé.

“Yahshua ha venido para darnos una vida de abundancia”

Hemos recibido lo que combate estas obras-

Gálatas

5:22 Pero el fruto del Ruaj es: ahavah, gozo, shalom, paciencia, benignidad, bondad, emunah,

5:23 mansedumbre y dominio propio. Contra tales cosas no hay maldición de la Torah” (las consecuencias son no entrar en el Maljut y no heredar Vida Eterna)

¿Qué hacer?

Teshuvá= Arrepentimiento sincero, cambio de actitud y reposición del daño hecho.

¿Quién te ayudará a salir de esto?

Yahshua.

¿Cómo?

“yo estaré con vosotros hasta el fin”

“Nunca te abandonaré”

“Yahshua es Poderoso para ayudarnos en nuestras debilidades”

“El mal se combate con el bien”

“La luz hace desaparecer las tinieblas”

“Todo lo puedo en Yahshua que nos fortalece”

“Nada hay imposible para Yahweh”

“Yahweh quiere nuestra vida, no nuestra muerte”

“Yahweh demuestra su Poder en nuestras debilidades”

Todos los que fuimos llamados, fuimos llamados estando en nuestras debilidades y pecados y sabíamos que nuestra meta final era la misma muerte eterna.

Yahshua vino para cambiar ese camino de muerte y lo hizo por medio de enseñarnos “el verdadero camino de la Vida”.

El verdadero milagro de Yahweh es hacer de lo menospreciado, de lo vil, algo limpio y kadosh a su vista.

Yahweh conocía nuestro futuro desde el principio y se apiadó de todos nosotros, dándonos la oportunidad de “volvernos de este camino de muerte”

Todos reconocemos “las obras de la carne” porque fue de ahí que Yahweh nos llamó, para darnos Vida juntamente con Yahshua.

Él sabía nuestros limites y conocía la longitud y anchura de todas nuestras debilidades y tuvo Misericordia de nosotros “acordándose que éramos polvo”.

Por esta razón Yahweh, aún teniendo a ha satán delante que “nos acusaba de lo que éramos y hacíamos” pudo responder con su misma Ley, en la cual proveyó “un rescate por todos los que hemos creído” ofreciendo a su propio Hijo como sacrificio perfecto, siendo Yahshua, “el Cordero Perfecto que nos quita el pecado” y así quito de todos nosotros los resultados de nuestras debilidades y pecados que era la muerte eterna.

Este acto de amor Sublime ha hecho posible que tú y yo, podamos acceder a su Misericordia y tener la oportunidad de volvernos de todas nuestras transgresiones.

Es ahora que nosotros actuamos de la forma que se espera, siendo consecuentes con ese Amor Sublime, luchando para “retener lo recibido” y para “mantenernos fieles e íntegros en nuestra decisión de seguir adelante con este Plan de salvación”

Un acto que requiere fidelidad, radicalidad, porque, aunque se nos ha quitado el resultado final de nuestros pecados (sus consecuencias) aún nos queda lidiar con esas misma debilidades y pecados.

No serán nuestras fuerzas, sino las fuerzas que recibimos y seguiremos recibiendo de Aquel que nos ama Sublimemente.

Recordemos siempre que la forma de retener lo que hemos recibido no significa haber conseguido erradicar de nosotros esas debilidades y pecados, pero si hará fuerza en nosotros el estar constantemente “alertas y perseverantes en este nuevo camino de santificación”

La lucha es la señal de que estamos conscientes de todo y es esa lucha la que ve Yahweh como síntoma de nuestro agradecimiento.

Para el mundo su señal sería “el sentimiento de culpa opresor y desesperador” en donde no hay lugar para seguir luchando y levantarse, pero para nosotros es “radicalidad de no querer seguir caído y retomar las fuerzas para levantarnos de nuevo y seguir en la lucha hasta el final” sin remordimientos, sino siempre con la esperanza de que al final “conseguiremos llegar a nuestra meta que es la Vida Eterna”

Ya hemos visto lo que ha satán nos ofrece, un sentimiento de culpa que nos lleva a permanecer caído, viviendo en la impotencia, en un estado de depresión de la cual es imposible levantarse porque es ese mundo un circulo cerrado donde no hay posibilidad de salida, haciéndote creer que “estas acabado y que jamás conseguirás llegar a la meta de la Vida” y lejos de la verdad y la realidad única y esperanzadora, nosotros llegaremos, porque sabemos que no será por nuestras fuerzas, sino por el salvoconducto que Yahweh nos ofreció, “la sangre preciosa de su Hijo, el Cordero Perfecto que nos quitó el pecado que nos llevaba a la muerte eterna”

Tener las ideas claras de quien es el que manda y lleva nuestras riendas en la vida, nos ayudará a estar más cimentados en la seguridad de que “llegaremos a buen puerto” porque quien lo ha prometido es Fiel y Todopoderoso para ayudarnos.

No vivamos como caídos, sino como luchadores que, aunque caigamos, siempre estaremos dispuestos a levantarnos para alcanzar lo que Yahshua ya alcanzó para todos nosotros.

Si nuestros enemigos son “la inclinación al mal y el mismo ha satán” es por una razón muy simple, es porque tenemos como “Amigo” a Yahshua, así qué, sigamos adelante en nuestra lucha diaria hasta que se manifieste “aquel que ha de venir” y podamos con su ayuda resistir “los ataques del enemigo”.

Sin miedo, sin sentimientos de culpa y con un ruaj de valentía y fortaleza, podremos, amados míos, dejar que “Aquel que comenzó la obra de salvación en nosotros, la pueda acabar”

Sean siempre felices, porque la felicidad ahuyenta las consecuencias de la tristeza.

 

Moreh: Yhemaelh Zeev