3/2/15

NUESTRA FORTALEZA EN EL SUFRIMIENTO

Yahweh tiene propósitos para nosotros. En la formación que vamos teniendo como hijos de Yahweh, Él no desea que suframos sin propósito. En la voluntad permisiva de nuestro Elohe nos suceden cosas que nos ayudan a madurar. Tengamos presente que todo lo que Yahweh permite tiene el propósito de hacernos más a su imagen, más maduros y de tratar nuestro carácter para que crezcamos espiritualmente; todo esto a pesar de nuestros errores y pecados. Es decir, nuestros errores y pecados nunca van a frustrar el plan de Yahweh.
Encontramos un ejemplo de ello en la vida del Rey David – el mayor Rey de Israel y un hombre conforme al corazón de Yahweh– quien un día cometió un pecado muy grave: tomó una mujer ajena y asesinó a su esposo para poder casarse con ella. Dice en el libro de Samuel que lo que David hizo fue desagradable a los ojos de Yahweh. La mujer quedó embarazada y el niño murió como prueba de que Yahweh había rechazado el proceder de David. La soberanía de Elohe se muestra en que David luego toma a Betsabé por esposa y de tal unión nace Shelomoj, el rey más sabio en la historia de la tierra. Y aún más, de su línea de descendencia vendría a nacer Yahshua. ¡Eso rebasa todo entendimiento humano! Es así como vemos al Elohe de toda gracia: a pesar de nuestros errores, al final, Él usa cada situación para cumplir sus propósitos e incluso para bendecirnos.
Si pecamos, sufriremos las consecuencias del pecado. Es posible que usted, ahora, esté sufriendo las consecuencias de algún pecado. Ciertamente Yahshua perdona la culpa de los pecados, pero las consecuencias las tenemos que vivir, las tenemos que sufrir. La vida de David después de su pecado nunca volvió a ser igual. Las consecuencias del pecado llegan siempre, son ineludibles; pero podemos estar seguros de que, al final de todo, Yahweh  tornará el mal en bien.
Mas el Elohe de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Yahshua Ha Mashiaj, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. — 1Pe 5:10

Experienciade Kefa

[Foto de http://lansing.ucoweb.org/healing]Pedro vivió y experimentó la gracia de Yahweh. Ante la aprehensión de Yahshua, Kefa maldijo y lo negó. No obstante recibió más tarde el favor del Eterno. La palabra usada en la escritura original para ‘gracia’ es «vajesed» que significa, FAVOR, REGALO“
Yonahan afirma en Hitgalut que en la eternidad ya no habrá más llanto ni dolor. Mientras estemos en este mundo mundo pasaremos por situaciones que nos harán llorar y tendremos también tiempos de alegría, tendremos abundancia y en otros momentos sufriremos escasez. La vida del talmidim se compone de estos dos elementos.
Kefa dice “después que hayas padecido un poco de tiempo.” que significa “experimentar dolor y sufrimiento.” Hay diversas situaciones por las cuales sufrimos; unos sufren una enfermedad por causa del pecado mientras otro está enfermo sin estar en pecado. (Cuando le trajeron el ciego a Yahshua y le preguntaron si él estaba enfermo por causa de pecado, Yahshua les dijo que no; que aquel hombre estaba así para que la gloria de Yahweh se manifiestara). Otro puede sufrir escasez por una prueba que Yahweh le manda y otro la sufre como consecuencia delas imperfecciones

¿Cómo orar en el sufrimiento?

Teniendo la soberanía de Yahweh en cuenta, ¿cómo pues debemos orar cuando sufrimos?
Debemos preguntarle a Yahweh: “¿Yahweh, por qué me está pasando esto? Si tienes a bien revelármelo, aquí estoy.” Yahweh puede decir: “Es una disciplina por tus pecados.” Otras veces dice: “Estoy probando tu fe.” A veces se queda callado y aún así está tratando con nosotros.

Cuando Kefa en el pasaje dice “un poco de tiempo”, concuerda perfectamente con lo que le dijo Shaul a los Corintios: “Esta leve tribulación momentánea produce en nosotros una cada vez más grande peso de gloria.” Cuando dice “leve tribulación momentánea” se refiere a escasez, a vituperios y tribulaciones, al hambre, a peligros y demás adversidades que estaba sufriendo como hijo de Yahweh, como servidor del Reino y como ser humano.
Estos dos pasajes enfatizan que los sufrimientos de esta vida no son comparables con la gloria venidera. Los 70, 80 o 90 años que tenemos en esta tierra, o aún si fueran 150; no son comparables con la eternidad. No son comparables porque se ven como *nada*.
De los once apóstoles, diez murieron sufriendo. ¿Por qué el Apóstol Yonahan no? Sólo Yahweh en su soberanía sabe lo que Yahweh permite y no permite.

Según Kefa, el sufrimiento nos perfecciona, nos afirma, nos fortalece y nos establece.

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