REFLEXION
La primera necesidad del hombre, como hombre es, desarrollar un sentido de reverencia hacia su propia vida y su carácter. Tomarlos en serio, pues ésta es la medida de su relación con Yahweh Elohe; delante del hombre hay una tarea inacabable, la que no puede ni concluir ni rechazar. Tiene que aprender a vivir con esta responsabilidad, y juzgarse a sí mismo, no según las normas del vecino sino por las de Yahweh.
Es cierto que muchas veces no puede alcanzar este nivel. Un sentido de culpa y de desesperación seguirán sus pasos. Lo que importa saber es, que siempre puede tomar la decisión y empezar de nuevo. Lo que ya está hecho, muchas veces no puede ser considerado como no-hecho, sin embargo, siempre existe la posibilidad de un recomienzo ético. Este es el sentido de la «teshuvá – arrepentimiento» que, según la Barut Torah de Yahweh, es el «retorno» al camino correcto. El arrepentimiento no es sólo un problema de emunah/fe o confianza en Yahweh, ni se puede apoyarse en el como algo natural. Aquí lo importante es la decisión y la actuación del ser humano, que recrea .así la continuidad ética en su relación con el Eterno. Es una demostración de la integridad de su existencia.
La libertad del hombre de poder elegir el bien, y los hechos realizados en pro de lo bueno son los factores básicos del arrepentimiento. Ambos son esenciales para la satisfacción ética del hombre.
¿Cuáles son los anhelos del hombre para alcanzar la asheret/felicidad?
Es un mundo ideal, en el cual se puede encontrar su autorrealización y shalom/paz interior y exterior; donde su jayim/vida alcance un nivel alto de la moral y desarrolle sus facultades. Pero este mundo debe incluir imprescindiblemente también a sus prójimos, pues para una buena jayum/vida es imposible el aislamiento, se necesitan los demás.
¿Qué es lo qué está involucrado en el concepto de una buena jayim/vida?
¿No es sólo nuestra propia actitud de ayudar y de ser amables con nuestros prójimos, o responder a sus justas exigencias?
AMADOS MIOS:
Tiene la misma importancia la aceptación del llamado para edificar un orden social justo, en el cual el individuo es libre para poder realizar la imagen del Creador que reside en él.
La cúspide de la relación del hombre con el hombre es, sin embargo, su habilidad de amarlo como a sí mismo. Este ahavah/amor no es un mero sentimentalismo, que tolera la debilidad de carácter y aún cierta maldad. Tal emoción tan sólo confunde el discernimiento y muchas veces demuestra más interés hacia el malhechor, que hacia su víctima. Este ahavah/amor tampoco debe ser una forma de compasión hacia la humanidad sufriente, la cual está sumida sin esperanza en la ansiedad y a la frustración.
Más bien es el resultado del reconocimiento, que el prójimo tiene un alma parecida a la mía, y también, al igual que yo, está buscando un sendero de reconciliación por intermedio del arrepentimiento. Como nosotros, él también, muchas veces, yerra el camino y debe ser reconducido a la senda correcta.
También necesita entablar una comunión de afecto y de diálogo con su congénero, para que su jayim/vida adquiera significado y valor. Además, como nosotros mismos, él también debe ayudar en la construcción del Maljut/Reino de Yahweh, si quiere realizar en sí mismo la imagen del Eterno Creador.
Se afirma que la jayim/vida de uno está entrelazada con la del prójimo. Que ni él ni su prójimo pueden encontrar una shalom/paz duradera únicamente al satisfacer su naturaleza carnal. Se recuerda que el bienestar de la persona depende del cumplimiento de lo profetico: «Yahweh Elohe ya te ha dicho, oh hombre, en qué consiste lo bueno y qué es lo que El espera de ti; que hagas justicia, practiques el ahavah/amor y obedezcas humildemente a tu Elohe» (Miqueas 6.8.).
Resumiendo, podemos decir que:
- El hombre es la creación de Yahweh.
- El hombre ha sido creado a la imagen espiritual de Yahweh.
- Yahweh es fuerte y eterno, el hombre es frágil y perecedero.
- Cada persona es única en su género y tiene derecho de mantener su personalidad y ser diferente, vivir y demostrar esta diferencia.
- Cada hombre es heredero y poseedor de los derechos otorgados por Yahweh Elohe para vivir en justicia y libertad, derecho de trabajar y vivir bien del resultado de su trabajo honesto.
- Cada hombre es portador potencial de la bondad.
- Cada hombre es capaz de escoger entre el bien y el mal y asumir la responsabilidad por su elección.
Shalom
La primera necesidad del hombre, como hombre es, desarrollar un sentido de reverencia hacia su propia vida y su carácter. Tomarlos en serio, pues ésta es la medida de su relación con Yahweh Elohe; delante del hombre hay una tarea inacabable, la que no puede ni concluir ni rechazar. Tiene que aprender a vivir con esta responsabilidad, y juzgarse a sí mismo, no según las normas del vecino sino por las de Yahweh.
Es cierto que muchas veces no puede alcanzar este nivel. Un sentido de culpa y de desesperación seguirán sus pasos. Lo que importa saber es, que siempre puede tomar la decisión y empezar de nuevo. Lo que ya está hecho, muchas veces no puede ser considerado como no-hecho, sin embargo, siempre existe la posibilidad de un recomienzo ético. Este es el sentido de la «teshuvá – arrepentimiento» que, según la Barut Torah de Yahweh, es el «retorno» al camino correcto. El arrepentimiento no es sólo un problema de emunah/fe o confianza en Yahweh, ni se puede apoyarse en el como algo natural. Aquí lo importante es la decisión y la actuación del ser humano, que recrea .así la continuidad ética en su relación con el Eterno. Es una demostración de la integridad de su existencia.
La libertad del hombre de poder elegir el bien, y los hechos realizados en pro de lo bueno son los factores básicos del arrepentimiento. Ambos son esenciales para la satisfacción ética del hombre.
¿Cuáles son los anhelos del hombre para alcanzar la asheret/felicidad?
Es un mundo ideal, en el cual se puede encontrar su autorrealización y shalom/paz interior y exterior; donde su jayim/vida alcance un nivel alto de la moral y desarrolle sus facultades. Pero este mundo debe incluir imprescindiblemente también a sus prójimos, pues para una buena jayum/vida es imposible el aislamiento, se necesitan los demás.
¿Qué es lo qué está involucrado en el concepto de una buena jayim/vida?
¿No es sólo nuestra propia actitud de ayudar y de ser amables con nuestros prójimos, o responder a sus justas exigencias?
AMADOS MIOS:
Tiene la misma importancia la aceptación del llamado para edificar un orden social justo, en el cual el individuo es libre para poder realizar la imagen del Creador que reside en él.
La cúspide de la relación del hombre con el hombre es, sin embargo, su habilidad de amarlo como a sí mismo. Este ahavah/amor no es un mero sentimentalismo, que tolera la debilidad de carácter y aún cierta maldad. Tal emoción tan sólo confunde el discernimiento y muchas veces demuestra más interés hacia el malhechor, que hacia su víctima. Este ahavah/amor tampoco debe ser una forma de compasión hacia la humanidad sufriente, la cual está sumida sin esperanza en la ansiedad y a la frustración.
Más bien es el resultado del reconocimiento, que el prójimo tiene un alma parecida a la mía, y también, al igual que yo, está buscando un sendero de reconciliación por intermedio del arrepentimiento. Como nosotros, él también, muchas veces, yerra el camino y debe ser reconducido a la senda correcta.
También necesita entablar una comunión de afecto y de diálogo con su congénero, para que su jayim/vida adquiera significado y valor. Además, como nosotros mismos, él también debe ayudar en la construcción del Maljut/Reino de Yahweh, si quiere realizar en sí mismo la imagen del Eterno Creador.
Se afirma que la jayim/vida de uno está entrelazada con la del prójimo. Que ni él ni su prójimo pueden encontrar una shalom/paz duradera únicamente al satisfacer su naturaleza carnal. Se recuerda que el bienestar de la persona depende del cumplimiento de lo profetico: «Yahweh Elohe ya te ha dicho, oh hombre, en qué consiste lo bueno y qué es lo que El espera de ti; que hagas justicia, practiques el ahavah/amor y obedezcas humildemente a tu Elohe» (Miqueas 6.8.).
Resumiendo, podemos decir que:
- El hombre es la creación de Yahweh.
- El hombre ha sido creado a la imagen espiritual de Yahweh.
- Yahweh es fuerte y eterno, el hombre es frágil y perecedero.
- Cada persona es única en su género y tiene derecho de mantener su personalidad y ser diferente, vivir y demostrar esta diferencia.
- Cada hombre es heredero y poseedor de los derechos otorgados por Yahweh Elohe para vivir en justicia y libertad, derecho de trabajar y vivir bien del resultado de su trabajo honesto.
- Cada hombre es portador potencial de la bondad.
- Cada hombre es capaz de escoger entre el bien y el mal y asumir la responsabilidad por su elección.
Shalom
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