6/6/16

Parashá

El Eterno habló a Moshé en el desierto de Sinái, en la tienda de reunión, el primer día del segundo mes, en el segundo año de su salida de la tierra de Mitsrayim, diciendo” 

La palabra ivri/hebrea que ha sido traducida como “desierto” es “midbar que significa “estepa, desierto”,conversación”, y viene de la raíz “davar”  que significa “hablar”, “conversar”.
La palabra “midbar” no significa “desierto” en el sentido literal de la palabra castellana, que denota “un terreno muy seco, generalmente lleno de arena y con muy poca o ninguna vegetación”, sino más bien algo como una estepa, que es una “llanura extensa sin árboles y con la vegetación adaptada a la sequedad”. 
Un midbar es un lugar inhabitado con pocos árboles donde hay pasto para los animales. Esto explica porque los hijos de Israel podían tener tantos animales consigo cuando salieron de Mitsrayim que podían sobrevivir en el “desierto”. La Torá no dice que los animales comieron el maná en el desierto. Así que tenía que haber habido pastos para ellos durante los 40 años en el midbar,  Bemidbar/Números 32:1. Un midbar, por lo tanto, es un lugar donde hay pastos para los animales.
Las cuevas que se pueden encontrar en el midbar son lugares adecuados para guardar los rebaños durante la noche. Un pastor normalmente pasaba la noche en el campo juntamente con sus ovejas. Si tenía acceso a una cueva, metió las ovejas dentro y se puso en la entrada para guardarlas de todo peligro de la noche. De esta manera el pastor mismo se convirtió en una puerta para las ovejas. De allí viene la expresión: “Yo soy la puerta”, como está escrito en Yohanan/Juan 10:1-18:
En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Pero el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. Yahshúa les habló por medio de esta alegoría, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. Entonces Yahshúa les dijo de nuevo: En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el que es un asalariado y no un pastor, que no es el dueño de las ovejas, ve venir al lobo, y abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. El huye porque sólo trabaja por el pago y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas y las mías me conocen, de igual manera que el Padre me conoce y yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor. Por eso el Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi Padre.
Un pastor es la puerta de sus ovejas. Si alguien desea pastar una oveja que no es de su cuidado, tendrá que pasar por la puerta, que es el pastor. Si no tiene el visto bueno del pastor para ayudarle en su tarea, no tendrá el derecho de meterse con sus ovejas. Esto nos enseña que si alguien intenta dirigir las ovejas de otros pastores, necesita el visto bueno de ellos, porque son responsables del desarrollo de las ovejas que están bajo su cuidado. Sólo los ladrones no pasan por la puerta. Ellos intentan sacar beneficio propio de las ovejas de otros sin el visto bueno de los pastores.
Yahshúa es el pastor de las ovejas de Israel, como está escrito en Yejezqel/Ezequiel 34:23:
Entonces pondré sobre ellas un solo pastor que las apacentará, mi siervo David; él las apacentará y será su pastor.
En Ezequiel 37:24 está escrito:
Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; andarán en mis ordenanzas y guardarán mis estatutos y los cumplirán.
Yahshúa es la puerta de las ovejas de Israel. El que no pasa por Yahshúa HaMashiaj no tiene el derecho de enseñar a las ovejas de Israel que el Abba/Padre le ha dado. Esto nos enseña que no podemos permitir que maestros que no son de Yahshúa enseñen en nuestras kehilaj.
También implica que ninguno de nuestros líderes puede apropiarse de las ovejas y decir que le pertenecen a él o que él tenga talmidim/discípulos. Todas las ovejas pertenecen al Pastor superior y todos son talmidim/discípulos de él. No hay textos en LA KITBÉ HAKODESH que muestran que un talmid/discípulo de Yeahshúa puede hacer talmidim/discípulos para él mismo. Por esto, no llamamos a nuestros líderes rabinos, porque sólo Yahshúa tiene el derecho de ser rabino y tener sus talmidim/discípulos, MattiYah/Mateo 23:8. Nosotros no tenemos el derecho de tener talmidim/discípulos nuestros. Cuando hacemos talmidim/discípulos de todas las naciones, no los hacemos talmidim/discípulos nuestros, sino de nuestro Rabino Yahshúa HaMashiaj ben David. Él ha recibido todo el poder del Abba/Padre para regir sobre todos los seres vivos en el shemayim/cielo y en la tierra, MattiYah/Mateo 28:18-20. La señal de los falsos maestros es que arrastran tras ellos a los talmidim/discípulos de Yahshúa, como está escrito en Maaser/Hechos 20:29-30:
Sé que después de mi partida, vendrán lobos feroces entre vosotros que no perdonarán el rebaño, y que de entre vosotros mismos se levantarán algunos hablando cosas perversas para arrastrar a los talmidim tras ellos.
Como el midbar se encuentra fuera de la ciudad, constituye un lugar adecuado para hablar en privado, sin tener que correr el riesgo de ser oído por los demás. Por lo tanto, este lugar, donde se puede hablar a solas, llegó a ser llamado midbar, que literalmente significa “conversación”. El midbar es el lugar donde se puede hablar a solas de cosas íntimas sin ser molestado por otros, como está escrito en Oseas 2:14:
Por tanto, he aquí, la seduciré, la llevaré al desierto, y le hablaré al corazón.
¿Por qué YHWH llevó a Israel al midbar? Para hablar personalmente con su novia, entrar en el pacto matrimonial con ella allí y entregarle la ketuvá, la Escritura. La Torá no fue entregada en la tierra de algún hombre, sino en la tierra de nadie, para mostrar que no solamente pertenece al pueblo de Israel, sino que fue dada a todos los hombres de la tierra.
Amado aji y amada ajot, cuando estés pasando por un desierto, no lo veas como una cosa negativa, sino como una posibilidad de poder acercarte a YHWH y recibir palabras e instrucciones de tu Abba/Padre que te ama y te cuida por medio de los lugares desérticos donde aprendes a depender de él y no en tu propia capacidad.
el primer día del segundo mes, en el segundo año” – El tabernáculo fue erigido el primer día del primer mes del segundo año, Shemot/Éxodo 40:2. Un mes más tarde YHWH habla con Moshé las palabras que aparecen en este texto. Ahora la presencia divina había habitado en el mishkán durante un mes y era el momento de contar a los hijos de Israel de nuevo y establecer la ascendencia pura de las familias israelitas, de tal modo que la shejiná pudiera permanecer en su medio.
1:2    “Haz un censo de toda la congregación de los hijos de Israel por sus familias, por sus casas paternas, según el número de nombres, todo varón, por sus cabezas” 
-Este fue la cuarta vez cuando los hijos de Israel fueron contados según la Torá. La primera vez fue cuando los hijos de Israel bajaron a Mitsrayim, Shemot/Éxodo 1:5
-La segunda vez fue cuando salieron de Mitsrayim, Shemot/Éxodo 12:37
-La tercera vez fue en el desierto antes de la construcción del tabernáculo, Shemot/Éxodo 30:11-16; 38:25-26
Ahora YHWH ordena que sean contados una vez más.  Él se deleita en los hijos de Israel de tal manera que le gusta contarlos vez tras vez.
En Rosh Jódesh (Comienzo de mes hebreo y NO lunas nuevas), el primer día del mes (Yom 1), el comienzo de mes, YHWH ordenó que se hiciera este censo. 
Según Bemidbar/Números 10:11, en el día 20 del mismo mes tenían que partir del lugar donde estaban. Así que tenían menos de 20 días para contar todos los varones de 20 a 60 años. En menos de tres semanas habían terminado todo el trabajo del conteo. Además, según Bemidbar/Números 9:11, los que no habían podido sacrificar el Pesaj durante el primer mes (el yom 14 del 1º Jdesh), lo podían hacer el día 14 del segundo mes. Este segundo Pesaj es llamado “pesaj shení”, “el segundo pesaj”. Por lo tanto, es posible que habían terminado todo el censo antes del día 14 del segundo mes. Esto nos enseña acerca de su inmediata obediencia y la eficacia impresionante que tenían los líderes para organizar al pueblo. No había flojera en el desierto, sino disciplina y orden.
Cada jefe tenía que esforzarse tremendamente para contar los miembros de su tribu. Supongamos que tenían que hacer el conteo en 10 días. Entonces Najshón, el jefe de la tribu de Yehudá, tenía que contar casi 7,500 personas por día para llegar a los 74,600 que comprendía su tribu. En Israel no hay lugar para la pereza. La ociosidad es abono para el pecado.
“por sus cabezas” – en el hebreo se encuentra la palabra “legulguelotam” que viene la misma raíz que Gólgota, el lugar de la muerte de Mashíaj Yahshúa. Esto nos enseña que solamente los que estén conectados con la muerte del Mesías, serán finalmente contados dentro de Israel, Maaser/Hechos 3:23.
1:3    “de veinte años arriba, todos los que pueden salir a la guerra en Israel, tú y Aharón los contaréis por sus ejércitos.” 
-La palabra ivri/hebrea que ha sido traducida como “guerra” es “tsavá” que significa “ejército”. Esta palabra no implica solamente que podían salir a hacer guerra, sino que estaban organizados como un ejército. La misma palabra se usa para las estrellas que son llamadas el “ejército del shemayim”, Bereshit/Génesis 2:1; Devarim/Deuteronomio 4:19. Los levitas también son organizados como “tsavá”, 4:23, y ellos no salieron a la guerra. Esto nos enseña que tsavá tiene que ver más con orden y disciplina que con la guerra. Una disciplina militar regía dentro del pueblo de Israel en el desierto, como está escrito en Shemot/Éxodo 12:41 y 51:
Y sucedió que al cabo de los cuatrocientos treinta años, en aquel mismo día, todos los ejércitos de Yahweh salieron de la tierra de Mitsrayim... Y sucedió que aquel mismo día,  El Eterno sacó a los hijos de Israel de la tierra de Mitsrayim por sus ejércitos.
El orden y la disciplina son conceptos fundamentales para que el pueblo de Israel pueda funcionar adecuadamente y seguir adelante. Este libro de Bamidbar nos enseña la importancia que tenia un rígido control de las personas y la economía de pueblo yisraelita para poder funcionar correctamente. El desorden y la anarquía vienen del pecado. El Eterno es un Eloah de orden, como está escrito en Qorintiyim Alef/1 Corintios 14:33, 40:
porque Eloah no es de confusión, sino de shalom, como en todas las kehilaj de los kadushim... Pero que todo se haga decentemente y con orden.
 En Israel solamente son contados los disciplinados. Los que no están dispuestos a someterse a la disciplina de El Eterno, su Torá y sus líderes, no son aptos para ser contados. Yahweh no cuenta con los indisciplinados.
También aprendemos de este texto que solamente los que están listos para salir a la guerra son contados dentro de Israel, cuyo nombre significa “el que lucha junto con Eloah”. Sólo el que está dispuesto a luchar para vencer es contado dentro de Israel, como está escrito en Hitgalut/Revelación 2:7b, 11b, 17b, 26-28; 3:5, 12, 21:
Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Eloah... El vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda... Al vencedor le daré del maná escondido y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibe... Y al vencedor, al que guarda mis obras hasta el fin, LE DARÉ AUTORIDAD SOBRE LAS NACIONES; Y LAS REGIRÁ CON VARA DE HIERRO, COMO LOS VASOS DEL ALFARERO SON HECHOS PEDAZOS, como yo también he recibido autoridad de mi Padre; y le daré el lucero de la mañana... Así el vencedor será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida, y reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles... Al vencedor le haré una columna en el templo de mi Eloah, y nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él el nombre de mi Eloah, y el nombre de la ciudad de mi Eloah, la nueva Yerushalayim, que desciende del cielo de mi Eloah, y mi nombre nuevo... Al vencedor, le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono.
Aquí vemos la importancia que la lucha tiene para un Israelita. Solamente los que luchan pueden ser vencedores. La lucha es parte de Israel. El Eterno sólo cuenta con los que están dispuestos a disciplinarse y a luchar contra todo enemigo que se opone contra Él, su Torá y su Mashíaj. 
 
Amen.

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