“El
Eterno habló a Moshé en el desierto de Sinái, en la tienda de reunión, el
primer día del segundo mes, en el segundo año de su
salida de la tierra de Mitsrayim, diciendo”
La palabra ivri/hebrea que ha sido traducida como “desierto” es “midbar” que significa “estepa, desierto”,conversación”, y viene de la raíz “davar” que significa “hablar”, “conversar”.
La
palabra “midbar” no significa “desierto” en el sentido literal de la palabra
castellana, que denota “un terreno muy seco, generalmente lleno de arena y con
muy poca o ninguna vegetación”, sino más bien algo como una estepa, que es
una “llanura extensa sin árboles y con la vegetación adaptada a la sequedad”.
Un midbar es un lugar inhabitado con pocos árboles donde hay pasto para los
animales. Esto explica porque los hijos de Israel podían tener tantos animales
consigo cuando salieron de Mitsrayim que podían sobrevivir en el “desierto”. La Torá no dice que los animales
comieron el maná en el desierto. Así que tenía que haber habido pastos para
ellos durante los 40 años en el midbar, Bemidbar/Números 32:1. Un midbar, por lo
tanto, es un lugar donde hay pastos para los animales.
Las
cuevas que se pueden encontrar en el midbar son lugares adecuados para guardar
los rebaños durante la noche. Un pastor normalmente pasaba la noche en el campo
juntamente con sus ovejas. Si tenía acceso a una cueva, metió las ovejas dentro
y se puso en la entrada para guardarlas de todo peligro de la noche. De esta
manera el pastor mismo se convirtió en una puerta para las ovejas. De allí
viene la expresión: “Yo soy la puerta”, como está escrito en Yohanan/Juan 10:1-18:
“En
verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las
ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Pero el que
entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y
las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera.
Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque
conocen su voz. Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él,
porque no conocen la voz de los extraños. Yahshúa les habló por medio de esta
alegoría, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. Entonces Yahshúa
les dijo de nuevo: En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las
ovejas. Todos los que vinieron antes de mí son ladrones y salteadores, pero las
ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será
salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. El ladrón sólo viene para robar y
matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.
Pero el que es un asalariado y no un pastor, que no es el dueño de las ovejas, ve
venir al lobo, y abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las
dispersa. El huye porque sólo trabaja por el pago y no le importan las ovejas.
Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas y las mías me conocen, de igual
manera que el Padre me conoce y yo conozco al Padre, y doy mi vida por las
ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es
necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor. Por
eso el Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la
quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y
tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi Padre. ”
Un
pastor es la puerta de sus ovejas. Si alguien desea pastar una oveja que no es
de su cuidado, tendrá que pasar por la puerta, que es el pastor. Si no tiene el
visto bueno del pastor para ayudarle en su tarea, no tendrá el derecho de
meterse con sus ovejas. Esto nos enseña que si alguien intenta dirigir las
ovejas de otros pastores, necesita el visto bueno de ellos, porque son
responsables del desarrollo de las ovejas que están bajo su cuidado. Sólo los
ladrones no pasan por la puerta. Ellos intentan sacar beneficio propio de las
ovejas de otros sin el visto bueno de los pastores.
Yahshúa
es el pastor de las ovejas de Israel, como está escrito en Yejezqel/Ezequiel 34:23:
“Entonces
pondré sobre ellas un solo pastor que las apacentará, mi siervo David; él las
apacentará y será su pastor.”
En
Ezequiel 37:24 está escrito:
“Mi
siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor;
andarán en mis ordenanzas y guardarán mis estatutos y los cumplirán.”
Yahshúa
es la puerta de las ovejas de Israel. El que no pasa por Yahshúa HaMashiaj no
tiene el derecho de enseñar a las ovejas de Israel que el Abba/Padre le ha dado.
Esto nos enseña que no podemos permitir que maestros que no son de Yahshúa
enseñen en nuestras kehilaj.
También
implica que ninguno de nuestros líderes puede apropiarse de las ovejas y decir
que le pertenecen a él o que él tenga talmidim/discípulos. Todas las ovejas pertenecen
al Pastor superior y todos son talmidim/discípulos de él. No hay textos en LA KITBÉ HAKODESH que muestran que un talmid/discípulo de Yeahshúa puede hacer talmidim/discípulos para
él mismo. Por esto, no llamamos a nuestros líderes rabinos, porque sólo Yahshúa
tiene el derecho de ser rabino y tener sus talmidim/discípulos, MattiYah/Mateo 23:8. Nosotros
no tenemos el derecho de tener talmidim/discípulos nuestros. Cuando hacemos talmidim/discípulos
de todas las naciones, no los hacemos talmidim/discípulos nuestros, sino de nuestro
Rabino Yahshúa HaMashiaj ben David. Él ha recibido todo el poder del Abba/Padre para
regir sobre todos los seres vivos en el shemayim/cielo y en la tierra, MattiYah/Mateo
28:18-20. La señal de los falsos maestros es que arrastran tras ellos a los
talmidim/discípulos de Yahshúa, como está escrito en Maaser/Hechos 20:29-30:
“Sé que
después de mi partida, vendrán lobos feroces entre vosotros que no perdonarán
el rebaño, y que de entre vosotros mismos se levantarán algunos hablando cosas
perversas para arrastrar a los talmidim tras ellos.”
Como el
midbar se encuentra fuera de la ciudad, constituye un lugar adecuado para
hablar en privado, sin tener que correr el riesgo de ser oído por los demás.
Por lo tanto, este lugar, donde se puede hablar a solas, llegó a ser llamado midbar,
que literalmente significa “conversación”. El midbar es el lugar donde se puede
hablar a solas de cosas íntimas sin ser molestado por otros, como está escrito
en Oseas 2:14:
“Por
tanto, he aquí, la seduciré, la llevaré al desierto, y le hablaré al corazón.”
¿Por qué YHWH llevó a Israel al midbar? Para hablar personalmente
con su novia, entrar en el pacto matrimonial con ella allí y entregarle la
ketuvá, la Escritura. La
Torá no fue entregada en la tierra de algún hombre, sino en la tierra de nadie,
para mostrar que no solamente pertenece al pueblo de Israel, sino que fue dada
a todos los hombres de la tierra.
Amado aji y amada ajot, cuando
estés pasando por un desierto, no lo veas como una cosa negativa, sino como una
posibilidad de poder acercarte a YHWH y recibir palabras e instrucciones de tu
Abba/Padre que te ama y te cuida por medio de los lugares desérticos donde aprendes
a depender de él y no en tu propia capacidad.
“el
primer día del segundo mes, en el segundo año” – El tabernáculo fue erigido el primer
día del primer mes del segundo año, Shemot/Éxodo 40:2. Un mes más tarde YHWH habla
con Moshé las palabras que aparecen en este texto. Ahora la presencia
divina había habitado en el mishkán durante un mes y era el momento de contar a
los hijos de Israel de nuevo y establecer la ascendencia pura de las familias
israelitas, de tal modo que la shejiná pudiera permanecer en su medio.
1:2 “Haz un censo de toda la congregación de los hijos de Israel por
sus familias, por sus casas paternas, según el número de nombres, todo varón,
por sus cabezas”
-Este fue la cuarta vez cuando los hijos de Israel fueron
contados según la Torá. La
primera vez fue cuando los hijos de Israel bajaron a Mitsrayim, Shemot/Éxodo 1:5.
-La segunda vez fue cuando salieron de Mitsrayim, Shemot/Éxodo 12:37.
-La tercera
vez fue en el desierto antes de la construcción del tabernáculo, Shemot/Éxodo
30:11-16; 38:25-26.
Ahora YHWH ordena que sean contados una vez más.
Él se deleita en los hijos de Israel de tal manera que le gusta contarlos vez
tras vez.
En Rosh Jódesh (Comienzo de mes hebreo y NO lunas nuevas), el primer
día del mes (Yom 1), el comienzo de mes, YHWH ordenó que se hiciera este censo.
Según
Bemidbar/Números 10:11, en el día 20 del mismo mes tenían que partir del lugar donde
estaban. Así que tenían menos de 20 días para contar todos los varones de 20 a 60 años. En menos de tres
semanas habían terminado todo el trabajo del conteo. Además, según Bemidbar/Números
9:11, los que no habían podido sacrificar el Pesaj durante el primer mes (el yom 14 del 1º Jdesh), lo
podían hacer el día 14 del segundo mes. Este segundo Pesaj es llamado “pesaj
shení”, “el segundo pesaj”. Por lo tanto, es posible que habían terminado todo
el censo antes del día 14 del segundo mes. Esto nos enseña acerca de su
inmediata obediencia y la eficacia impresionante que tenían los líderes para
organizar al pueblo. No había flojera en el desierto, sino disciplina y orden.
Cada
jefe tenía que esforzarse tremendamente para contar los miembros de su tribu.
Supongamos que tenían que hacer el conteo en 10 días. Entonces Najshón, el jefe
de la tribu de Yehudá, tenía que contar casi 7,500 personas por día
para llegar a los 74,600 que comprendía su tribu. En Israel no hay lugar para
la pereza. La ociosidad es abono para el pecado.
“por sus
cabezas” – en el hebreo se encuentra la palabra “legulguelotam” que viene la
misma raíz que Gólgota, el lugar de la muerte de Mashíaj Yahshúa. Esto nos
enseña que solamente los que estén conectados con la muerte del Mesías, serán
finalmente contados dentro de Israel, Maaser/Hechos 3:23.
1:3
“de veinte años
arriba, todos los que pueden salir a la guerra en Israel, tú y Aharón los
contaréis por sus ejércitos.”
-La palabra ivri/hebrea que ha
sido traducida como “guerra” es “tsavá” que significa “ejército”. Esta palabra no
implica solamente que podían salir a hacer guerra, sino que estaban organizados
como un ejército. La misma palabra se usa para las estrellas que son llamadas
el “ejército del shemayim”, Bereshit/Génesis 2:1; Devarim/Deuteronomio 4:19. Los levitas
también son organizados como “tsavá”, 4:23, y ellos no salieron a la
guerra. Esto nos enseña que tsavá tiene que ver más con orden y disciplina que
con la guerra. Una disciplina militar regía dentro del pueblo de Israel en el
desierto, como está escrito en Shemot/Éxodo 12:41 y 51:
“Y sucedió que al cabo de los
cuatrocientos treinta años, en aquel mismo día, todos los ejércitos de Yahweh salieron de la tierra de Mitsrayim... Y sucedió que aquel mismo día, El Eterno sacó a los hijos de Israel de la
tierra de Mitsrayim por sus ejércitos.”
El orden y la disciplina son conceptos fundamentales
para que el pueblo de Israel pueda funcionar adecuadamente y seguir adelante.
Este libro de Bamidbar nos enseña la importancia que tenia un rígido control de
las personas y la economía de pueblo yisraelita para poder funcionar
correctamente. El desorden y la anarquía vienen del pecado. El Eterno es un
Eloah de orden, como está escrito en Qorintiyim Alef/1 Corintios 14:33, 40:
“porque Eloah no es de confusión, sino
de shalom, como en todas las kehilaj de los kadushim... Pero que todo se haga
decentemente y con orden.”
En Israel solamente son contados los
disciplinados. Los que no están dispuestos a someterse a la disciplina de El
Eterno, su Torá y sus líderes, no son aptos para ser contados. Yahweh no cuenta
con los indisciplinados.
También aprendemos de este texto que solamente los
que están listos para salir a la guerra son contados dentro de Israel, cuyo
nombre significa “el que lucha junto con Eloah”. Sólo el que está dispuesto a
luchar para vencer es contado dentro de Israel, como está escrito en Hitgalut/Revelación
2:7b, 11b, 17b, 26-28; 3:5, 12, 21:
“Al vencedor le daré a comer del
árbol de la vida, que está en el paraíso de Eloah... El vencedor no
sufrirá daño de la muerte segunda... Al vencedor le daré del maná
escondido y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre
nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibe... Y al vencedor,
al que guarda mis obras hasta el fin, LE DARÉ AUTORIDAD SOBRE LAS NACIONES; Y
LAS REGIRÁ CON VARA DE HIERRO, COMO LOS VASOS DEL ALFARERO SON HECHOS PEDAZOS,
como yo también he recibido autoridad de mi Padre; y le daré el lucero de la
mañana... Así el vencedor será vestido de vestiduras blancas y no
borraré su nombre del libro de la vida, y reconoceré su nombre delante de mi
Padre y delante de sus ángeles... Al vencedor le haré una columna en el
templo de mi Eloah, y nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él el nombre de
mi Eloah, y el nombre de la ciudad de mi Eloah, la nueva Yerushalayim, que
desciende del cielo de mi Eloah, y mi nombre nuevo... Al vencedor, le
concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi
Padre en su trono.”
Aquí vemos la importancia que la lucha tiene para un
Israelita. Solamente los que luchan pueden ser vencedores. La lucha es parte de
Israel. El Eterno sólo cuenta con los que están dispuestos a disciplinarse y a
luchar contra todo enemigo que se opone contra Él, su Torá y su Mashíaj.
Amen.
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