8/1/16

LO QUE SE ENFRENTO SHAUL

"A LO QUE SE ENFRENTO SHAUL"
"Contra las herejías y los herejes"
   Un tema dominante en ambas cartas de Shaul se relaciona con la necesidad de estar en guardia contra las herejías que los estaban invadiendo. Mientras más tiempo de existencia llevaba la kehilaj, más parecía encontrarse bajo la presión de aquéllos con doctrinas opositoras. Es evidente que para la década de los sesenta de nuestra era las halajas/enseñanzas de la Kehilaj primitiva estaban siendo subvertidas por todo el mundo romano y que Shaul creía que la manera de contrarrestar esa tendencia era a través de una intervención ministerial y de una doctrina sana.
   Shaul aconseja a sus jóvenes ayudantes al tratar con tales dificultades. Le dice a Timoteo que advierta a aquellos seguidores involucrados en desviaciones doctrinales que “[no] presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Yahweh Elohe que es por emunah/fe” (Timotio Alef/1ª Timoteo 1:4).
   A Tito le dice: “Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión, a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene” (Tito 1:10–11; consulte también 3:9). Este deseo de ganancias no es distintivo de un verdadero siervo de Mashiaj. Como Shaul escribió a Timoteo, “los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (Timotio Alef/1ª Timoteo 6:9–10).
   El ají Shaul menciona a dos individuos que provocaron división por sus ideas heréticas: Himeneo y Alejandro, quienes “naufragaron en cuanto a la emunah/fe” (Timotio Alef/1ª Timoteo 1:19–20).
   Luego vuelve a mencionar a Himeneo en su segunda Sefer/Carta a Timoteo, en la que define el problema: los herejes estaban enseñando “que la resurrección ya se efectuó”, con lo que estaban “trastornan[do] la emunah/fe de algunos” (Timotio Bet/2ª Timoteo 2:17–18). Bajo estas circunstancias, amados mios, Shaul actuó decisivamente para proteger a la kehilaj.
   Menciona que “a [Himeneo y Alejandro] entregué a ha satan para que aprendan a no blasfemar” (Timotio Alef/1ª Timoteo 1:20). No cabe duda de que se trataba de una forma de ex-comunión con fines de reforma. Esto coincide con su consejo para Tito en tales situaciones: “Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio” (Tito 3:10–11).
   Muchos juzgan a Shaul por tomar estas decisiones, pero les aseguro que él siguio las ordenes de Yahshua en sus revelaciones a Shaul.

 "La comunidad que vivia en ahavah/amor"
Otro tema en estas dos Sefer de Shaul es la motivación para todos los miembros de las kehilaj para que cumplan con sus responsabilidades en la comunidad de la asamblea (Timoyio Alef/1ª Timoteo 5:1–15; Tito 2:2–10). Sean jóvenes o ancianos, hombres o mujeres, con los frutos y dones recibidos, todos deben desempeñar sus funciones en armonía.
Shaul recuerda a Timoteo parte de su motivo para escribirle: “para que… sepas cómo debes conducirte en la Bayit de Elohe, que es la asamblea del Elohe viviente, columna y baluarte de la verdad” (Timotio Alef/1ª Timoteo 3:14–15). Le pide que sea “ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (Timotio Alef/1ª Timoteo 4:12).
   La juventud de Timoteo y Tito queda manifiesta en las palabras que usa Shaul al dirigirse a ellos como “verdaderos hijos” (Timotio Alef/1ª Timoteo 1:2; Tito 1:4) y por su exhorto a que nadie desprecie su juventud o su autoridad (Timotio Alef/1ª Timoteo 4:12; Tito 2:15).
   A Tito le indica que se presente “en todo como ejemplo de buenas obras; en la halajá/enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de  vosotros” (Tito 2:7–8).
   Es claro, a partir de sus vastas instrucciones, que Shaul habla de su amplia experiencia personal en la resolución de problemas en las relaciones humanas. Por ejemplo, aconseja a Timoteo sobre cómo acercarse a jóvenes y ancianos, sean hombres o mujeres, como su moreh/maestro: “No reprendas al anciano (de eddad), sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a ajim/hermanos; a las ancianas (de edad), como a madres; a las jovencitas, como a ajotis/hermanas, con toda pureza” (Timotio Alef/1ª Timoteo 5:1–2).
   Tito debía enseñar a los ancianos a demostrar su seriedad, dignidad y dominio propio, así como su fe, amor y perseverancia. A las mujeres ancianas debía enseñárseles de la misma forma, con las precauciones adicionales de evitar el chisme y demasiado vino. También tenían la oportunidad de contribuir a la comunidad de creyentes al enseñar a las mujeres jóvenes acerca del matrimonio, la maternidad y la administración de un hogar. El dominio propio era igualmente de gran prioridad en la agenda de los jóvenes, fueran hombres o mujeres (Tito 2:1–6).
   El énfasis de Shaul para con Timoteo respecto a las ajotis de la kehilaj es similar en algunas partes, pero diferente en otras en cuanto a que también se concentra en el cuidado de las viudas. Shaul tiene cuidado de hacer diferencias entre quienes realmente necesitan la ayuda de la kehilaj y quienes son lo suficientemente jóvenes como para volverse a casar, tener hijos y cuidar de ellas mismas. Asimismo, le preocupa que todos en la kehilaj cumplan con sus obligaciones para con las viudas dentro de sus propias familias, pues el no hacerlo es una falta grave: “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo” (Timotio Alef/1ª Timoteo 5:8).
   Esclavos y sirvientes también formaban parte del mundo dominado por los romanos, y Shaul habló de cómo se debían comportar aquellos esclavos que también eran seguidores de Yahshua Ha Mashiaj. Menciona que debían tener “a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Elohe y la doctrina” (Timotio Alef/1ª Timoteo 6:1). A Tito le escribe que exhorte “a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Elohe Yahweh” (Tito 2:9–10).
   ¿Esto se debió a que Shaul aprobaba la esclavitud? No es así, pues en otra parte escribió: “Si puedes hacerte libre, procúralo”, pero para mostrar que hay algo mucho más importante que la clase social, el prefacio de ese comentario se lee: “¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé cuidado” (Qorintiyim Alef/1ª Corintios 7:21). En el caso de aquellos esclavos cuyos amos también eran creyentes, señaló: “Y los que tienen amos creyentes, no los tengan en menos por ser ajim/hermanos, sino sírvanles mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se benefician de su buen servicio” (Timotio Alef/1ª Timoteo 6:2).
   Todas estas instrucciones conforman el diseño de una comunidad seguidora de Torah, con la forma delineada en ella para caminar, a la que se le enseña a estar en shalom/paz consigo misma, sabiendo que vive temporalmente en un mundo difícil que será eclipsado por la venida de Mashiaj:
   La extraordinaria vida de Shaul al servicio de Mashiaj, desde su excepcional llamado camino a Damasco hasta las revelaciones en Arabia, los 14 silenciosos años hasta su redescubrimiento por Bernabé, sus comparecencias ante gobernantes, un rey y un emperador; los viajes a pie de diez mil millas, los azotes, los naufragios, las persecuciones… todo ello se resume en su siguiente afirmación: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Eterno, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (Timotio Bet/2ª Timoteo 4:7–8).

 Shalom.

1 comentario:

Todah rabah por su comentario.