La Berajot de Yahweh este con todos vosotros.
Mis amados, hoy quiero traer para vosotros una reflexion sobre EL BIEN Y EL MAL para poder examinar en nosotros mismos las creencias erroneas que muchas veces impiden nuestro crecimiento.
Amados ajim?
¿ES USTED UN GANADOR EN LA BATALLA CONTRA EL MAL?
Cuando usted escucha esta pregunta ¿RESPONDE USTED DE ESTA MANERA?
“¿Un ganador? ¿Yo, un ganador? ¡Usted debe estar bromeando! Yo he nacido perdedor. ¿Yo, un ganador? ¡Ah!”
DEBE ENTENDER ESTO:
Pero, a pesar de lo que usted piense, puede serlo. De hecho, si usted ha confiado en Yahshua Ha Mashiaj como su Salvador, usted no tiene otra opción. El no le dice que quizás usted sea un ganador, insiste en que USTED DEBE SER UN GANADOR. De hecho, El le manda que sea un ganador; así que usted no tiene otra opción. Sin embargo, déjeme asegurarle desde el principio que usted nunca llegará a ser un ganador, si continúa diciéndose a sí mismo que esto es imposible.
Usamos el lenguaje con dos propósitos: para hablar a otros y para hablarnos a nosotros mismos. Quizás, sea frecuente que no convenzamos a otros, pero cuando nos hablamos a nosotros mismos, generalmente somos más persuasivos. Entre los no creyentes, las personas que dicen cosas como: “He nacido perdedor”, primeramente se han convencido a si mismos de que esto es verdad, y entonces viven de esta manera.
Pero es un pecado para los creyentes usar un lenguaje de perdedores. El hecho es que si usted ha sido regenerado ¡Usted ha nacido ganador! Yahshua llama a los creyentes “vencedores” (literalmente “ganadores”) y luego les dice: “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Abba en su trono” (Hitgalut/Revelacion.3:21). De hecho, actualmente, usted ha sido “regenerado en esperanza viva...para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, (la cual está) reservada para vosotros, que sois guardados por el poder de Elohe Yahweh...” (Kefá Alef/1Pe.1:3-5).
¡Esta es la descripción del nacimiento de un ganador! Quítese esos clichés pecaminosos; comience a pensar escrituralmente por un momento y más pronto de lo que se imagina, verá las cosas completamente diferentes.
Para comenzar con esto, tratemos de entender algo acerca de las cartas del shaluj Shaul. Con frecuencia, Shaul divide sus cartas en dos partes principales:
-Una sección doctrinal y otra parte práctica. Por ejemplo, en el libro de los Efesiyim/Efesios, los primeros tres capítulos tratan con el eternal y soberano plan de salvación de Yahweh. Y luego, en los últimos tres capítulos, Shaul trata con las implicaciones prácticas de lo que ha dicho, para la vida del talmidim de Yahshua.
Como si dijera, “en base a estas grandes verdades, déjeme decirle como debe conducirse como creyente”. Estas dos secciones no se encuentran separadas, sino unidas por un “Yo pues” (Ef.4:1).
Este mismo concepto lo podemos encontrar en su carta a los Romanos. Los primeros once capítulos tratan con el pecado del hombre, la salvación de Yahweh, la santificación de los creyentes, el llamamiento de los efrainitas/gentiles al pacto de Yahweh. Luego, en el capítulo doce, el shaluj dice: “Así que, ajim, os ruego por la rajamim/misericordias de Yahweh... (Es decir, en base al entendimiento del favor de Yahweh que le salvó y que fue explicada en la sección previa de la carta, “yo les ruego...”) que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Elohe, que es vuestro culto racional”. Es decir, tal como previamente presentaron los miembros de su cuerpo para servir al pecado (Rom.6:13,19) ahora, habiendo sido salvados por la rajamim/misericordia de Yahweh, presenten sus cuerpos para Yahweh como instrumentos de justicia. En el resto del capítulo doce y los demás que le siguen, explica como puede ser hecho esto en la actualidad, en los días que estamos viviendo.
Shaul comienza el capítulo doce enfatizando la necesidad de hacer una evaluación seria y un uso apropiado de los diferentes dones del Ruaj HaKodesh/Espíritu Santo para glorificar a Yahweh y bendecir a su asamblea. Luego concluye el capítulo con las siguientes palabras: Bendecid a los que os persiguen, bendecid y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en shalom/paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Yahweh; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice YHAWEH. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza”. (Rom.12:14-21)
EL MAL QUE USTED COMBATE
¿Cuál es este mal, al cual Yahshua le manda resistir y vencer? Siempre que usted es llamado a la guerra, debe conocer a su enemigo, de otra manera, usted perderá la batalla. El mal en el punto de vista de Romanos 12, no es algún mal general que exista casualmente en el mundo, no es algo abstracto. Como ya he señalado en los dos primeros capítulos, es un mal orientado en contra suya. Es un sufrimiento infligido a través de otras personas y que usted debe soportar. Es motivado, como todo la maldad, por un poder maligno cuya intención es frustrar los propósitos de Yahweh, por medio de provocarle a pecar. Este mal quiere derrotarle, traer deshonra al nombre de Elohe y debilitar su causa. Por lo tanto, cuando usted es derrotado por este mal, es más que una simple tragedia personal. La Kehilaj de Yahshua sufre y el nombre de él es difamado. ¡Nuestro Mashiaj nos ha mandado resistir y triunfar en su propio nombre! Esta es su más alta motivación, usted debe ser un ganador para la honra de El y la fortaleza de su kehilaj.
Entonces, la esencia de este mal descansa, no en el hecho de que tiene poder para causar sufrimiento (este es su efecto); no en el hecho de que es algo no provocado (esto lo hace horrible); sino más que todo, en el hecho de que está dirigido contra YAHWEH ELOHE. El mal, como es contemplado en este capítulo, es un mal contra el creyente porque es de Mashiaj. Si la persona quien comete el mal no reconoce el motivo oculto detrás de su acción o la meta última de su ataque, esto no lo hace diferente.
Los soldados en el ejército, rara vez conocen la estrategia que se encuentra detrás de la batalla, a la cual sus líderes les mandan pelear. Que los siervos del mal ( o los siervos de Yahweh “usados” temporalmente por el enemigo) actúan contra Yahweh cuando hacen el mal a otro, es un hecho, aunque ellos no lo comprendan. Este hecho no es alterado aunque se proteste lo contrario o se alegue ignorancia.
Este mal, como ya lo he dado a entender, quizás pueda venir a través de un creyente pecando; pero en Romanos 12 se trata principalmente, de la maldad infligida por un NO creyente. Sin embargo, lo que se dijo acerca de la respuesta hacia las malas acciones de un no creyente, puede decirse también (con algunas salvedades) acerca de la respuesta a un creyente.
La luz siempre gana. Las sombras no pueden echar fuera la luz; es la luz la que hace desaparecer las sombras de las tinieblas. Cuando el sol sale, las tinieblas no tienen ningún poder contra él. El sol de justicia ha salido. Su luz ha estado brillando y la obscuridad está derrotada. Es a causa esto, que usted puede derrotar al enemigo. Creyente, el poder de esta luz de vida está en usted. Este sol de Justicia le ha hecho a usted una luz; es decir, un ganador en la batalla contra la obscuridad. Usted será odiado por las fuerzas de las tinieblas, y ellas tratarán de extinguir su luz. Pero usted puede y debe vencerlas. Usted es luz y la luz vence a las tinieblas; las tinieblas no pueden vencer a la luz. ¡Tome esto como ánimo y adelante por la victoria! Recuerde entonces, esta maldad es un mal inmerecido, que está dirigida no primariamente contra usted, sino contra la Luz. No estoy hablando de cosas tales como su orgullo herido, porque otros fallen en reconocerle como a usted le gustaría que le reconocieran; o de las represalias por algún mal que usted hizo primero; o de la respuesta de alguien a su manera pecaminosa de vivir, su necio orgullo y sus tácticas tontas para testificar. Este mal viene debido a que su vida es un reproche hacia el pecado y al pecador no le gusta esto.
AMADOS AJIM:
Entonces, le ha sido dada una orden de batalla por su comandante en jefe: “No pierdas la batalla contra el mal, sino derrota el mal en la batalla, con el bien”. Reconozca el hecho de que usted está en medio de una guerra y considere cuidadosamente esta orden, hay mucho en ella que le puede ayudar para pelear bien en esta batalla.
Shalom.
Mis amados, hoy quiero traer para vosotros una reflexion sobre EL BIEN Y EL MAL para poder examinar en nosotros mismos las creencias erroneas que muchas veces impiden nuestro crecimiento.
Amados ajim?
¿ES USTED UN GANADOR EN LA BATALLA CONTRA EL MAL?
Cuando usted escucha esta pregunta ¿RESPONDE USTED DE ESTA MANERA?
“¿Un ganador? ¿Yo, un ganador? ¡Usted debe estar bromeando! Yo he nacido perdedor. ¿Yo, un ganador? ¡Ah!”
DEBE ENTENDER ESTO:
Pero, a pesar de lo que usted piense, puede serlo. De hecho, si usted ha confiado en Yahshua Ha Mashiaj como su Salvador, usted no tiene otra opción. El no le dice que quizás usted sea un ganador, insiste en que USTED DEBE SER UN GANADOR. De hecho, El le manda que sea un ganador; así que usted no tiene otra opción. Sin embargo, déjeme asegurarle desde el principio que usted nunca llegará a ser un ganador, si continúa diciéndose a sí mismo que esto es imposible.
Usamos el lenguaje con dos propósitos: para hablar a otros y para hablarnos a nosotros mismos. Quizás, sea frecuente que no convenzamos a otros, pero cuando nos hablamos a nosotros mismos, generalmente somos más persuasivos. Entre los no creyentes, las personas que dicen cosas como: “He nacido perdedor”, primeramente se han convencido a si mismos de que esto es verdad, y entonces viven de esta manera.
Pero es un pecado para los creyentes usar un lenguaje de perdedores. El hecho es que si usted ha sido regenerado ¡Usted ha nacido ganador! Yahshua llama a los creyentes “vencedores” (literalmente “ganadores”) y luego les dice: “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Abba en su trono” (Hitgalut/Revelacion.3:21). De hecho, actualmente, usted ha sido “regenerado en esperanza viva...para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, (la cual está) reservada para vosotros, que sois guardados por el poder de Elohe Yahweh...” (Kefá Alef/1Pe.1:3-5).
¡Esta es la descripción del nacimiento de un ganador! Quítese esos clichés pecaminosos; comience a pensar escrituralmente por un momento y más pronto de lo que se imagina, verá las cosas completamente diferentes.
Para comenzar con esto, tratemos de entender algo acerca de las cartas del shaluj Shaul. Con frecuencia, Shaul divide sus cartas en dos partes principales:
-Una sección doctrinal y otra parte práctica. Por ejemplo, en el libro de los Efesiyim/Efesios, los primeros tres capítulos tratan con el eternal y soberano plan de salvación de Yahweh. Y luego, en los últimos tres capítulos, Shaul trata con las implicaciones prácticas de lo que ha dicho, para la vida del talmidim de Yahshua.
Como si dijera, “en base a estas grandes verdades, déjeme decirle como debe conducirse como creyente”. Estas dos secciones no se encuentran separadas, sino unidas por un “Yo pues” (Ef.4:1).
Este mismo concepto lo podemos encontrar en su carta a los Romanos. Los primeros once capítulos tratan con el pecado del hombre, la salvación de Yahweh, la santificación de los creyentes, el llamamiento de los efrainitas/gentiles al pacto de Yahweh. Luego, en el capítulo doce, el shaluj dice: “Así que, ajim, os ruego por la rajamim/misericordias de Yahweh... (Es decir, en base al entendimiento del favor de Yahweh que le salvó y que fue explicada en la sección previa de la carta, “yo les ruego...”) que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Elohe, que es vuestro culto racional”. Es decir, tal como previamente presentaron los miembros de su cuerpo para servir al pecado (Rom.6:13,19) ahora, habiendo sido salvados por la rajamim/misericordia de Yahweh, presenten sus cuerpos para Yahweh como instrumentos de justicia. En el resto del capítulo doce y los demás que le siguen, explica como puede ser hecho esto en la actualidad, en los días que estamos viviendo.
Shaul comienza el capítulo doce enfatizando la necesidad de hacer una evaluación seria y un uso apropiado de los diferentes dones del Ruaj HaKodesh/Espíritu Santo para glorificar a Yahweh y bendecir a su asamblea. Luego concluye el capítulo con las siguientes palabras: Bendecid a los que os persiguen, bendecid y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en shalom/paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Yahweh; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice YHAWEH. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza”. (Rom.12:14-21)
EL MAL QUE USTED COMBATE
¿Cuál es este mal, al cual Yahshua le manda resistir y vencer? Siempre que usted es llamado a la guerra, debe conocer a su enemigo, de otra manera, usted perderá la batalla. El mal en el punto de vista de Romanos 12, no es algún mal general que exista casualmente en el mundo, no es algo abstracto. Como ya he señalado en los dos primeros capítulos, es un mal orientado en contra suya. Es un sufrimiento infligido a través de otras personas y que usted debe soportar. Es motivado, como todo la maldad, por un poder maligno cuya intención es frustrar los propósitos de Yahweh, por medio de provocarle a pecar. Este mal quiere derrotarle, traer deshonra al nombre de Elohe y debilitar su causa. Por lo tanto, cuando usted es derrotado por este mal, es más que una simple tragedia personal. La Kehilaj de Yahshua sufre y el nombre de él es difamado. ¡Nuestro Mashiaj nos ha mandado resistir y triunfar en su propio nombre! Esta es su más alta motivación, usted debe ser un ganador para la honra de El y la fortaleza de su kehilaj.
Entonces, la esencia de este mal descansa, no en el hecho de que tiene poder para causar sufrimiento (este es su efecto); no en el hecho de que es algo no provocado (esto lo hace horrible); sino más que todo, en el hecho de que está dirigido contra YAHWEH ELOHE. El mal, como es contemplado en este capítulo, es un mal contra el creyente porque es de Mashiaj. Si la persona quien comete el mal no reconoce el motivo oculto detrás de su acción o la meta última de su ataque, esto no lo hace diferente.
Los soldados en el ejército, rara vez conocen la estrategia que se encuentra detrás de la batalla, a la cual sus líderes les mandan pelear. Que los siervos del mal ( o los siervos de Yahweh “usados” temporalmente por el enemigo) actúan contra Yahweh cuando hacen el mal a otro, es un hecho, aunque ellos no lo comprendan. Este hecho no es alterado aunque se proteste lo contrario o se alegue ignorancia.
Este mal, como ya lo he dado a entender, quizás pueda venir a través de un creyente pecando; pero en Romanos 12 se trata principalmente, de la maldad infligida por un NO creyente. Sin embargo, lo que se dijo acerca de la respuesta hacia las malas acciones de un no creyente, puede decirse también (con algunas salvedades) acerca de la respuesta a un creyente.
La luz siempre gana. Las sombras no pueden echar fuera la luz; es la luz la que hace desaparecer las sombras de las tinieblas. Cuando el sol sale, las tinieblas no tienen ningún poder contra él. El sol de justicia ha salido. Su luz ha estado brillando y la obscuridad está derrotada. Es a causa esto, que usted puede derrotar al enemigo. Creyente, el poder de esta luz de vida está en usted. Este sol de Justicia le ha hecho a usted una luz; es decir, un ganador en la batalla contra la obscuridad. Usted será odiado por las fuerzas de las tinieblas, y ellas tratarán de extinguir su luz. Pero usted puede y debe vencerlas. Usted es luz y la luz vence a las tinieblas; las tinieblas no pueden vencer a la luz. ¡Tome esto como ánimo y adelante por la victoria! Recuerde entonces, esta maldad es un mal inmerecido, que está dirigida no primariamente contra usted, sino contra la Luz. No estoy hablando de cosas tales como su orgullo herido, porque otros fallen en reconocerle como a usted le gustaría que le reconocieran; o de las represalias por algún mal que usted hizo primero; o de la respuesta de alguien a su manera pecaminosa de vivir, su necio orgullo y sus tácticas tontas para testificar. Este mal viene debido a que su vida es un reproche hacia el pecado y al pecador no le gusta esto.
AMADOS AJIM:
Entonces, le ha sido dada una orden de batalla por su comandante en jefe: “No pierdas la batalla contra el mal, sino derrota el mal en la batalla, con el bien”. Reconozca el hecho de que usted está en medio de una guerra y considere cuidadosamente esta orden, hay mucho en ella que le puede ayudar para pelear bien en esta batalla.
Shalom.
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