2/4/16

CALCULAR EL PRECIO DE SER TALMID


«Junto con Yahshua iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo: «Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi talmid. El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi talmid.
¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: “Este comenzó a edificar y no pudo terminar”.
¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil? Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la shalom.
De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi talmid» (Silvano 14,25-33).
Yahshua quedó desvinculado de su familia por mantener su libertad de adherir a la misión que Yahweh, su Abba le había encomendado.
En un sentido estricto él no ha rechazado a la familia, sino que su familia no fue capaz (al principio) de adherir al proyecto de Yahshua. 
"es que no saben que en las cosas de mi Abba debo estar"
Lo hará más tarde, después de la Pascua (Pesaj):
 «Todos ellos perseveraban en la tefilat, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de Miriam, la madre de Yahshua, y de sus hermanos» (Maaser/Hech 1,14).
 La doble parábola de Yahshua quiere mostrar que su seguimiento debe ser el resultado de una seria deliberación, antes de formular la costosa decisión:
  •  Así como se calcula si se cuenta con dinero suficiente para terminar una construcción antes de comenzarla…
  • Así como se calculan las tropas necesarias para entablar un combate contra un enemigo poderoso…
  • «De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi Talmid».
Es importante destacar que el ser talmid no se define primariamente por la renuncia, sino por el SEGUIMIENTO de Yahshua. Antes de cualquier desvinculación es necesario la ADHESIÓN a Yahshua, el ahavah/amor a él.
Pero sólo se puede renunciar a aquello que uno posee. Nunca habrá renunciado a su familia el que jamás llegó a amarla. Sólo se puede desvincular aquel que antes fue capaz de vincularse con ella.

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