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PARABOLAS Y FABULAS ¿En cual se produce el cambio?


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«En ese momento se presentaron unas personas que comentaron a Yahshua el caso de aquellos galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios. El respondió: «¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera.
¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Yahrusalaim? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera».
Les dijo también esta parábola: «Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y nos encontró. Dijo entonces al viñador: “Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y nos encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?”.
Pero él respondió: “Adon, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré. Puede ser que así dé frutos en adelante. Si no, la cortarás”» (Silvano 13,1-9).
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"La parábola de la higuera sin fruto"

Yahshua habría reelaborado aquí el material de una fábula tradicional. Esta parábola, de hecho, es muy semejante a un relato contenido en un libro muy conocido de la sabiduría del Medio Oriente: (Encontrada en las enseñanzas de los esenios)
«Hijo mío, tú fuiste para mí como una palmera que estaba al borde del camino, pero no daba fruto. Su dueño vino y quiso arrancarla. Entonces la palmera le dijo: Déjame un año más y produciré azafrán. El dueño le contestó: ¡Infeliz. No has producido tu propio fruto y vas a producir un fruto ajeno!»
 La comparación entre ambas historias nos muestra una gran diferencia entre sus respectivas moralejas.
  •  La de la fábula nos habla de una desdichada resignación.
  •  La de la parábola de Yahshua deja abierto un horizonte de esperanza, que es el mensaje central de toda la Buena Noticia de Yahshua: Yahweh Elohe concede a cada persona la oportunidad de comenzar una vida nueva.
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Parábolas y fábulas
.En la parábola de Yahshua desaparece lo propio de una fábula, porque no habla la higuera. Es un hombre el que intercede por ella.
Yahshua no descarta el uso de fábulas para transmitir sus halajas/enseñanzas porque éstas vayan a ser poco creíbles. Si aún se enseñan las fábulas de Esopo, o si hoy películas en las que hablan animales (como las de animación) interesan tanto a un público adulto, es porque ese público se siente identificado con las actitudes de sus personajes.
Al contrario, es lo relatado en las parábolas de Yahshua lo que resulta más desconcertante. Hacer promesas desesperadas e ilusorias como la palmera no es raro. Porque suplicar misericordia para uno mismo es algo que ocurre con mucha frecuencia. Es humano.
Lo que sí es poco habitual es tener paciencia y misericordia hacia los demás. Quien lo hace tiene un comportamiento propio del Eterno.
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Las fábulas retratan las miserias humanas. Las parábolas nos invitan a imitar la grandeza divina.

En las fábulas los animales y las plantas representan la vida de las personas. El mensaje es: los humanos obran como los animales. Buscan su supervivencia a costa de los demás.
En las parábolas sólo actúan seres humanos para expresar la comunicación entre Yahweh y el hombre. El mensaje es: Yahweh obra con humanidad. O sería mejor decir: Yahweh nos muestra lo que debería ser un comportamiento verdaderamente humano: solidario, compasivo.
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Las fábulas ven la vida con resignación. Las parábolas nos animan a cambiar.

En las fábulas no parece posible el cambio: un lobo siempre es rapaz, e intentará comerse a la oveja. No contempla que puedan vivir en paz (YeshaYah 11,6).
En las parábolas hay oportunidad para el cambio. Uno puede convertirse, y de «árbol sin fruto» pasar a ser una «persona fecunda» en buenas obras.

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